El Tiempo, enigma de la vida, nos inspira y nos hace pensar en los ciclos de la naturaleza como si nuestros sueños bailaran ante las luces de una hoguera crepitante en una noche de luna brillante.
Es muy difícil definir algo sobre el tiempo, al mismo tiempo que no conocemos su verdad de manera concreta. Tenemos el impulso de vivir sin pensar en cronologías, sin darnos cuenta que el pasado, el presente y el futuro son solo los recuerdos que logramos registrar y conservar cuando el Señor del Tiempo nos envolvió en sus manos.
Desde que llegamos al mundo hemos sentido tu presencia, tu tacto, tu evidencia. Se nota a nuestro alrededor a medida que crecemos, al mismo tiempo que nuestro cuerpo cambia, todo lo que conocemos también cambia.
Sin embargo, no nos damos cuenta de que la vida continúa en sus ciclos encantadores o no tan encantadores y estos cambios nos parecen naturales siempre que nuestra percepción de los cambios no sea tan aguda debido a la costumbre y la falta de atención. También aprendemos a centrarnos en las tareas cotidianas, que consumen tiempo, y muchas veces nos sentimos obligados a apresurarnos para terminar rápido, con la ilusión de que así tendremos más tiempo libre para hacer lo que queremos.
Hasta que un día nos encontramos ante algunos asombro de la consciencia, que finalmente se da cuenta de que el tiempo ha pasado. Cuando nos miramos al espejo y vemos algunas arrugas o imperfecciones que no habíamos notado, o nos damos cuenta de que nuestro cuerpo no responde inmediatamente a las órdenes habituales, o incluso cuando algún dolor empieza a visitarnos de forma más constante.
No hace falta que pase el tiempo para darnos cuenta de lo importante que es la calidad de nuestra presencia en todo lo que hacemos. Así, la vida puede convertirse en poesía sagrada cuando nos dedicamos a cada momento como si fuera una ofrenda.
Me gustaría terminar citando a Rumi, un poeta islámico persa del siglo XIII, que nos inspira a ver la vida como una oportunidad para acceder a lo sagrado cuando ponemos amor en todo lo que hacemos.
“Deja que la belleza que amas, sea lo que haces”. Rumi
Ana Paixão – Bela Urbana, filosofa, pedagoga, palestrante e educadora que trabalha com treinamentos há mais de 10 anos